26 may 2011

Oscuridad...

Otro día más en el calabozo, sintiendo el duro acero de las cadenas forjadas por expertas manos que rodean mis muñecas. No hay manera de liberarse, pero tampoco hay libertad en mi espíritu, hace tiempo renuncié a ella.

Solo veo pasar los días, luces y sombras que dibujan extrañas figuras en las paredes de mi prisión. Las fuerzas merman, el tiempo pasa, y ya ni me reconozco a mi mismo... mi aspecto ha cambiado tanto como mi alma, al borde de fracturarse en mil pedazos.

Aquí sentado, abatido por la espada de la desesperanza espero sin ilusión a que el tiempo fluya y arrample con todo a su paso, llevándome consigo donde no existe el dolor. Tan solo un golpe más, un golpe más para fracturar mi débil corazón.

Se que el final llegará, tan ardiente y sofocante como las llamas que rodearán este cuerpo convirtiéndolo en cenizas abrasadoras, cenizas que se llevará el viento. Sólo espero que lleguen a un lugar donde pueda reír, cantar y bailar sin preocuparme del mañana, donde pueda realmente disfrutar de la vida...

1 comentario: