11 oct 2010

La liberación prohibida

Abro los ojos y nada cambia, la oscuridad sigue rodeándome. Es fría, tanto que noto como me hiela la sangre. Trato de arrastrarme por ella, de luchar para salir de aquí pero no consigo nada, solo adentrarme más en este profundo abismo hasta acabar totalmente perdido.

El tiempo pasa. No sé si llevo aquí minutos o días, es imposible orientarse, lo único que puedo hacer es dejarme llevar y rendirme. Dejarla entrar en mí.

La noto. Me envuelve los brazos, me sube por las piernas, me abraza el pecho, noto como entra en mí, y se difunde por todo mí ser, haciendo que todo mi cuerpo arda. Puedo sentirla extendiéndose como el veneno de una serpiente. Noto como cada órgano de mi cuerpo se llena de ella...duele. Solo puedo sentir ese dolor...esa sensación de arder por dentro.

Trato de gritar pero mi garganta no emite ningún sonido. Me invade la desesperación. Lucho con todas mis fuerzas, jadeo, trato de resistirme pero es inútil, solo aumento el dolor que produce.

Empiezo a perder la cabeza. Noto como me mareo, como vienen a mi vértigos y pierdo el equilibrio. Todo mi cuerpo se entumece.
Mi cabeza grita órdenes a cada fibra de mis músculos para que me mantengan de pie, pero no sirve de nada, mis piernas se doblan incapaces de aguantar mi peso.

Trato de frenar mi caída con los brazos pero tampoco responden. Y, de repente, cuando estoy a punto de chocar con donde debería estar el suelo....no, no caigo a plomo en ninguna superficie, solo caigo...y caigo y sigo cayendo.

Busco donde agarrarme donde aferrarme para cesar mi caída, pero no encuentro nada. Mi cuerpo no responde, así que solo puedo seguir cayendo, esperando el momento fatídico en el que mi descenso encuentre su fin.

El aire que me da en la cara es frío, casi tanto que podría cortarme. Creo que es lo único que hace que siga consciente, eso y el dolor incesante.

Recuerdos vienen a mi mente. Mi madre, mi padre, mis hermanas, cada uno de mis amigos…solo veo imágenes borrosas de recuerdos felices junto a vosotros. Las lágrimas recorren mis mejillas...

¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué caigo en este abismo por más que trato de zafarme? No lo sé, no encuentro razones en mi mente para estar aquí, para rendirme, para seguir cayendo al vacío sin luchar. Pero entonces.... ¿por qué lo hago? No debo rendirme, no quiero perderos, no quiero seguir sufriendo...

Tengo que dejar de caer. -Vamos brazo, muévete. ¡He dicho que te muevas!...¡¡Levanta de una vez y agárrate a algo!! -Noto que responde, que mi brazo cada vez pesa menos, que se alarga y busca a tientas algo donde asirme.

De repente encuentro algo sólido en la oscuridad. -¿Qué es? -me pregunto, pero no importa, realmente no es lo que me interesa ahora, sólo sé que por fin tengo algo donde apoyarme para salir de aquí. Lo agarro y noto como mi descenso se frena bruscamente. -Bien -pienso -Ahora solo tengo que salir de aquí.

Trato con todas mis fuerzas de mover mi otro brazo, de levantarlo y buscar algo más a lo que agarrarme, pero no hay nada. Muevo mis piernas en busca de algún apoyo pero solo noto vacío bajo mis pies, hasta que doy una superficie dura. Me apoyo con un pie, luego busco apoyo con el otro. Consigo ponerme de pie.

Nada tiene sentido. Hace un momento estaba cayendo al vacío y de repente estoy de pie. ¿Habré llegado al fondo del abismo? Alargo mi mano en busca de alguna referencia aun sin soltarme con la otra, pero esta se pierde en la nada. Aún me cuesta mantenerme de pie, siento que mis piernas van a fallar en cualquier momento.

Trato de averiguar ahora a qué me estoy agarrando, pero cuando trato de cogerlo también con la otra mano, cede y se suelta de su agarre en la oscuridad. Pierdo el equilibrio y me caigo al tiempo que oigo un tintineo.

Cuando consigo recobrarme, me doy cuenta de que lo que tengo en la mano es algo alargado y que suena al moverlo. Trato de reconocer más del objeto, palpando su superficie y... ¡AU! me he cortado. ¿Qué demonios? ¡Esta afilado! Mis manos se mueven por el extraño objeto aún sin distinguirlo pero con sumo cuidado. Parece... ¡parece una espada! Pero ¿qué demonios hace una espada clavada en el vacío?

No me da tiempo a terminar la pregunta cuando una voz resuena a mí alrededor. No distingo lo que dice, solo consigo averiguar que es una voz de un hombre...parece bastante joven. Cada vez es más intensa, aumenta a cada instante, la oigo tan fuerte que creo que sale de dentro de mi cabeza...duele.

Sólo soy capaz de oírla resonar en mi cabeza. Grito que pare, pero otra vez no soy capaz de emitir sonido. El dolor es tan intenso que caigo de rodillas...grito, chillo, trato de decirle que pare, pero no lo consigo, solo se oye su voz... Taladra a cada sonido que hace, a cada cosa que pronuncia y, entonces, el volumen desciende gradualmente.

Los sonidos comienzan a ser más y más claros. Empiezo a distinguir alguna palabra aislada, pero el aturdimiento no me deja entenderle. "Miedo"..."retrocede"..."duda"..."espada"...No termino de entenderle, pero esa última palabra me recuerda algo. Alargo la mano y cojo la espada. -No sé quién es, pero si quiere problemas, ¡estoy dispuesto a plantar cara! -pienso, pero realmente estoy más asustado que otra cosa.

Con los ojos aun medio llorosos del dolor y el aturdimiento de mi mente comienzo a oír unos pasos en la lejanía. Trato de localizar su origen, pero parecen venir de todas partes. Me concentro en mi oído, me giro, busco, pero nada. Es como si el eco escondiese por dónde se acerca.

El hombre sigue hablando, cada vez más claro. Comienzo a distinguir frases sueltas..."mira al frente"...."duda y morirá"...nada tiene sentido. Los pasos resuenan cada vez más cerca. Tengo miedo.

Agarro la espada con todas mis fuerzas, todas las que me quedan. Me tiemblan los brazos y ese tintineo vuelve. Suena como una cadena. Acerco la espada a mi cara, pero sigo sin poder ver nada. Busco y en lo que parece ser la empuñadura y consigo encontrar colgando una pequeña cadena. -Misterio resuelto, muy bien, en medio de la nada y con un tío acercándose, tú te dedicas a buscar de dónde viene ese estúpido ruido -me recrimino.

Algo me saca de mi pensamiento. Noto algo en mi hombro, algo que tira de mí hacia atrás. Un grito ahogado sale de mi garganta al tiempo que esa fuerza hace que me gire.

No sé porqué, pero me encuentro cara a cara con un chico algo más alto que yo, lleva un largo abrigo negro con el cuello en blanco. Su pelo es largo y su piel pálida. ¿Por qué puedo verle cuando no soy capaz de ver ni mi mano? Trato de preguntar pero me aturullo entre tantas cosas....-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí, y qué hago yo aquí? y... ¿dónde estamos exactamente?

El hombre sonríe con expresión amable. Es extraño, pero me siento más tranquilo. Me hace un gesto, quiere que le siga y comienza a andar en la oscuridad. No sé porque, pero lo hago. Andamos bastante tiempo en silencio...nos adentramos cada vez más en la oscuridad, pero sigo sin poder ver nada…Solo su figura avanzando.

De golpe detiene su marcha. -Aquí está bien -creo entenderle, y se da la vuelta. Me mira directamente a los ojos y pregunta

-¿Tienes miedo? Esta vez le entendí claramente.

-No -respondo tratando de que mi voz no tiemble

-Es normal que lo tengas, tiene que ser confuso. Escucha, esta es tu alma. Reflejo de todos tus miedos, temores, alegrías y sentimientos. ¿Qué ves?

-Nada, solo a ti en medio de la oscuridad.

-Eso es porque solo sientes oscuridad en tu interior. Tienes miedo a fallar, a dudar y no encontrar respuesta, a hacer daño a aquellos que quieres... ¿Me equivoco?

-No -respondo con resignación.

-No debes pensar así, si lo haces es cuando fallarás. ¿Sabes por qué encontraste esa espada? porque recordaste aquello importante para ti, aquello que te hace seguir adelante. Esa espada es tu alma.

-Mi...¿Alma? ¿Qué demonios quieres decir con...?

-Sí. Si tú y yo nos enfrentásemos ahora -dice mientras saca una espada de su espalda. ¿Dónde demonios la guardaba? parece haberla sacado de la nada. -Seguramente no conseguirías más que perder, hundirte y echarte las culpas de todo. ¿Por qué crees que lo sé?

-Mmmmm no lo sé, pero no me conoces, ¿cómo puedes...?

-Se ve reflejado en ella. Si peleásemos, cuando esquivases, tendrías miedo de que te hiriese, cuando me atacases, tendrías miedo de hacerme daño, cuando intentases proteger a los demás, tendrías miedo de que sufriesen. ¡¡Tu espada está llena de Miedos!! Al igual que tu alma, por eso solo ves oscuridad.

-No...¡No soy un cobarde! -trato de replicar, pero el parece no oírme.

-Recuerda a todas las personas que quieres. ¿Crees que ellas quieren verte así? ¿Temeroso a cada paso que das, sin confianza en ti mismo y continuamente deprimido? Ambos sabemos que no. Por esa razón no debes rendirte, ¡no puedes rendirte!

-No es tan fácil....

-Sí lo es.- Dice mientras se lanza hacia mí con la espada en alto, y a duras penas puedo parar su ataque. -Cree más en ti. Cuando esquives, piensa ¨¡¡No dejaré que me golpees!!", cuando protejas a alguien, piensa ¨¡¡No dejaré que sufra!!¨, cuando ataques, piensa ¨¡¡Voy a machacarte!!". ¿Ves esto? En mi espada... ¿Ves la determinación? ¿No parece decir ¨Voy a cortarte por la mitad¨? Si crees en ti mismo, podrás con todo. No estás sólo y lo sabes. -dice mientras levanta su espada y se aleja un poco.

-Yo...no sé qué decir.

-Si dudas, todo por lo que habrás luchado morirá. ¡Sacúdete el miedo!, ¡mira al frente!, ¡avanza!, Nunca te detengas... Retrocede y morirá... Duda y morirá...Solo agarra con fuerza la espada, mira a tu objetivo con determinación y ¡¡nunca te rindas!!

Escucho sus palabras, resuenan en mi cabeza....tiene razón. No puedo rendirme, no puedo abandonar a mis amigos, a mis padres, a mis seres más queridos...no puedo ceder y dejarme llevar. -Tengo que salir de aquí, ¡tengo que volver a levantarme y seguir adelante! -Levanto la cabeza y le miro con determinación.

-Eso es lo que quería ver, ¡esa mirada!

-Gracias...

-¿Porqué? pregunta el joven

-Por tus palabras. Ahora recuerdo.... la verdadera razón por la cual quería seguir adelante...ellos.

Sonríe -Yo no hice nada. Fuiste tú solo, solo te faltaba algo de confianza -dice mientras comienza a desvanecerse.

-¡Espera! ¿Cómo salgo de aquí?

-Es tu alma, solo desea salir y grita con todas tus fuerzas -su cuerpo se vuelve humo, humo que flota a mí alrededor.

-¿Que grite? ¿Qué quieres que diga? -pero no hacía falta que respondiese. El humo se fusionó con mi espada y oí las palabras altas y claras en mi cabeza.

Cierro los ojos, veo a mis seres queridos, alzo la espada y grito....¡¡¡BAN_KAI!!!

4 comentarios:

  1. Alucinado me tienes con esta entrada, me ha encantado pero no acabo de ver cuál es el significado. Tengo alguna teoría pero temo estar equivocado, ya me contarás. Por lo demás, está fenomenalmente escrito. Felicidades.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias ^^ de verdad me alegra saber que te ha gustado. Mañana me cuentas y yo te cuento tambien que veo que te ha interesado bastante. Muchas gracias al fin una entrada buena jojo.

    ResponderEliminar
  3. Me hubiera gustado ser testigo de tu sueño, ahora me he quedado con la curiosidad...
    A ver si tienes más como éste, o por lo menos, que te inspiren igual de bien :)

    ResponderEliminar
  4. A mi tambien me hubiese gustado que hubieses sido capaz de soñar algo asi, a mi, me ha cambiado por completo ^^. Eso espero porque veo que me dan mucho que pensar y me cambian y aclaran ideas..

    ResponderEliminar